¿Quieres adelgazar, dormir a pierna suelta y evitar problemas digestivos? Lo que cenes puede jugar a favor o en contra.
Los alimentos y también la forma de cocinarlos que se elige para la cena, son determinantes, pues de ello depende en buena medida el descanso, las molestias digestivas y la resistencia al adelgazamiento. Aunque no existen alimentos “malos” o “prohibidos”, en el marco de una dieta equilibrada y saludable, hay platos que conviene evitar.
Hidratos de carbono
Cuando se presentan condiciones metabólicas limitadas para asimilar de forma óptima los hidratos de carbono, tomar un bocadillo para cenar u otros alimentos ricos en carbohidratos como pizza, arroz, o pasta, producirá un exceso de este nutriente, acumulándose en forma de triglicéridos y tejido adiposo (grasa). Como consecuencia, se encontrará una mayor resistencia al adelgazamiento, de hecho se favorecerá el aumento de peso y el porcentaje de grasa corporal.
No obstante, no solo los carbohidratos son “los culpables”, pues con frecuencia se suman a otros alimentos ricos en calorías y grasas. Salchichas o perritos calientes, embutidos o tortillas contundentes como la de patata, suman las calorías que debería proporcionar toda la cena, estimadas en el 25% del total de las calorías diarias.
La lechuga, no tan inocente
La lechuga, un alimento a evitar en la cena
Por otro lado, aunque la lechuga es un fantástico sedante natural y prácticamente está exenta de calorías, lo que podría parecer a simple vista una apuesta ideal en la cena, no es tan inofensiva como parece.
La lechuga, por su alto contenido en fibra insoluble, puede ocasionar gases e hinchazón abdominal tras su consumo, lo que no nos permitiría disfrutar de un descanso reparador, libre de molestias digestivas.
Además, también se han detectado casos de histaminosis alimentaria no alérgica a la lechuga, un tipo de intolerancia que puede explicar las molestias en la digestión y la hinchazón del vientre
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